Nos hemos creído que el cambio es difícil, que es lento, lleva mucho tiempo y es efímero. Es por ello que cada vez que necesitamos ayuda de un profesional para sanar heridas emocionales del pasado o desbloquear una emoción enquistada que nos limita la vida, damos por hecho que los resultados y el cambio que necesitamos tardará mucho tiempo en llegar. Y en muchos de los casos preferimos ni empezar porque necesitamos resultados pronto, no dentro de algunos años.
Pero no es cierto, el cambio profundo y duradero es natural en nuestras vidas y todos disponemos de esa posibilidad.
La respuesta a esta pregunta es si, se puede cambiar a voluntad, aunque para conseguirlo es necesario saber cómo hacerlo, no sirve cualquier fórmula. Si el cambio inmediato, profundo y duradero es posible ¿por qué la terapia tradicional tarda tanto en dar resultados y a veces los resultados que obtenemos no son precisamente los que necesitamos?
Y es aquí precisamente donde se diferencia de otras metodologías. La terapia tradicional proporciona un entendimiento de lo que te ocurre, y esto es importante en el proceso del cambio, pero solo entender no es suficiente. El qued de la cuestión está en que para que se produzca un cambio profundo y verdadero debe producirse un cambio de EMOCIÓN, un cambio de SENTIR.
Una Intervención Estratégica es una sesión de alto impacto emocional, que tiene como objetivo desbloquear, liberar y transformar el sentir de la persona.
Es el resultado de la unión de los conceptos más eficaces de distintas vertientes y técnicas de comunicación e influencia, como la Hipnosis Ericksoniana, Programación Neurolingüística (PNL), Psicología positiva, Gestión de Conflictos, estrategias de negociación con terroristas, Terapia familiar estratégica, Neurociencia, etc… orientadas a encontrar la génesis neuroplástica u origen del conflicto interno de la persona.
Con una Intervención Estratégica se localiza la emoción enquistada y se cura, recuperando el bienestar emocional de la persona intervenida.